Butaca reservada (IV): "The Batman" (2022), de Matt Reeves
- Sergio Martínez López
- 6 mar 2022
- 4 Min. de lectura

Mayo de 1939. Estados Unidos no se esperaba entrar dos años después en la Segunda Guerra Mundial, una contienda que decidiría el futuro del mundo y cuyas secuelas en forma de Guerra Fría experimentan nuestras sociedades contemporáneas. Faltaba poco para que un señor con bigote invadiese Polonia y los estadounidenses leían un cómic protagonizado por Batman, un señor podrido de pasta que por la mañana hacía negocios y por la noche perseguía a los malvados ataviado de murciélago. Era el número 27 de Detective Comics escrito por Bill Finger e ilustrado por Bob Kane.
Más de ochenta años después y con una carrera más que respetable a sus espaldas tanto en las viñetas como en el celuloide llegó a nuestras pantallas la última película de nuestro querido y atormentado Bruce Wayne. Sé que existen adaptaciones de Tim Burton y de Joel Schumacher, pero de momento solo he podido disfrutar de los trabajos que corrieron a cargo del excelente Christopher Nolan y del no menos brillante Zack Snyder. Uno cogió a Batman y se lo llevó a su terreno realista y policiaco y otro apostó por una vertiente más fantástica donde Bruce se codeaba con Superman, Wonder Woman o Flash.
Pero no nos vayamos por los cerros de Úbeda y dinamitemos los spoilers,Robert Pattinson (sí, el de Crepúsculo y otras películas más recordables) es el responsable de ponerse en la piel del personaje para ofrecernos una interpretación que cierra bocas a más de uno. Sobrio,vengativo y de mirada intensa recorre en su moto desde hace dos años las calles de una Gotham siempre bajo la eterna sombra de la corrupción, la anarquía y la desconfianza en la justicia y las instituciones.
La introducción me ha sorprendido bastante. Es un delicia el modo que tiene el director Matt Reeves de presentar esta ciudad, tan bien retratad en el pasado, al son del Something in the Way de Nirvana (le viene al pelo a la cinta). Se apoya para ello en una voz en off que liga la cinta a otros film noir (una fórmula que funcionaba en otra joya,Blade Runner). La fotografía a cargo de Greig Fraser (ya trabajó en Dune) maneja de forma sublime los tonos oscuros, anaranjados, azules y rojizos, captando la suciedad y podredumbre de un entorno dominado por la violencia callejera, el caos y personajes ajenos a cualquier tipo de moralidad. Nos regala auténticos planos para el recuerdo que nada tienen que envidiar a otras cintas.
La trama es otro de sus puntos fuertes. Estamos al borde de las elecciones y de pronto un sociópata demente llamado Enigma (magníficamente interpretado por Paul Dano) monta toda una serie de asesinatos para demostrar que nadie es quien dice ser. Una auténtica cruzada al más puro estilo Joker que se llevará por delante a alcaldes, fiscales, jueces, policías e inocentes. Poco pueden hacer el mayordomo Alfred (Andy Serkis) y el comisario Gordon (Jeffrey Wright es de lo más flojo de la película). Es el juego del gato y del ratón que siempre funciona.
Todos ellos serán testigo de sus trampas y acertijos otros villanos como El Pingüino (irreconocible e irónico Colin Farrell) o Falcone (John Turturro). Mención aparte merece Catwoman interpretada por Zoë Kravitz. Sensual, peligrosa y vengativa, funciona a la perfección como la pareja (no se pasan de románticos tranquilos) de Bruce Wayne. Se compenetran bien y existe química.
Es cierto, hay hostias como panes, tiros a cascoporro, persecuciones antológicas y bares donde mafiosos y "gentes de orden" comparten algo más que mesa. Pero eso ya lo habíamos visto antes. Sin desmerecer estos elementos, me parece bastante más inquietante y aleccionadora la trama central de Enigma que une su pasado con el de Batman.
¿Se acuerdan de los locos que asaltaron el Capitolio en enero del año pasado? Dicho suceso vino motivado por las teorías conspiracionistas que ciertos miembros trumpistas republicanos lanzaron contra los demócratas a través de la plataforma QAnon. Aquello supuso que un zumbado entrase con un rifle en un restaurante en Washington, D. C.,saliendo por todos los portales.
Otros ejemplos podrían ser la deep web o los salvapatrias que abundan en las redes sociales. Hay que andarse con ojo con estos victimistas (me la suda si son huérfanos o no, el pasado de uno no lo capacita para tomarse la justicia por su mano). Enigma es uno de ellos. Enemigos de la razón, el diálogo y la tolerancia, retuercen la realidad (y lo muestra perfectamente la película) para amoldarla a sus intereses. Sumidos en su paranoia y delirios fruto de la desinformación y la posverdad, ganan seguidores en las redes desde su victimismo (el Joker de Joaquin Phoenix era otro de estos pobres diablos). El resultado puede ser desgraciado tanto en la ficción como en la realidad. Rigor y cultura para no creernos sus mentiras. Por la democracia vale la pena luchar, y Batman nos sigue enseñando que debemos creen en ella (no me olvido del plano donde contiene la pistola de Catwoman). Por cierto, quiero la secuela con el Joker por favor. Ejecutivos de Warner Brothers tomen nota.
En fin, no me enrollo más. Esta película no nos muestra nada nuevo, pero es digno de alabar que un personaje tan trillado vuelva a interesarnos y emocionarnos. No me atrevo a decir que es una obra maestra, pero sí es una digna heredera de la que para muchos es la mejor cinta de superhéroes: El caballero oscuro (2008).
Comments