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Españoles en la Gran Manzana (I): Joaquín Sorolla

  • Foto del escritor: Sergio Martínez López
    Sergio Martínez López
  • 20 may 2022
  • 4 Min. de lectura

Joaquín Sorolla en la entrada de la Hispanic Society of America hacia 1909. La sociedad fue fundada por el filántropo Archer Milton Huntington en 1904 con el fin de difundir la cultura ibérica y los estudios hispánicos.



Carta de Huntington a su madre Arabela Duval Huntington, marzo de 1909:


"No voy a seguir aburriéndote con la exposición de Sorolla. La trajimos a Nueva York casi de incógnito, como lo había proyectado. ¡ Cuanto tiempo le dediqué, y trabajo, y paciencia! Pero fue lo que se dice un triunfo. Los artistas la vieron como una invasión. Para los coleccionistas supuso la oportunidad de darle,por asociación, todavía más lustre a algunos nombres de latón. Los marchantes refunfuñaron entre dientes y me escribieron entusiastas misivas. Uno de ellos llegó a decir: "España se hundió tras la derrota que le infringimos, pero ha respondido con el rayo del arte". El aire estaba por doquier impregnado del milagro. La gente citaba el número de visitantes y tenía continuamente en la boca las palabras "resplandor del sol".Jamás había sucedido nada por el estilo en Nueva York. Los ¡ohs! y ¡ahs! empañaban las baldosas del suelo y los automóviles atascaban la calle. Llovieron los encargos de retratos.Se vendieron reproducciones fotográficas en cantidades nunca vistas. Y en medio de todo aquello allí estaba nuestro pequeño creador, sentado tan tranquilo, abrumado pero no engreído,minetras yo le traducía las oleadas de entusiasmo de prensa. Y Clotilde, su menuda esposa valenciana, con el gesto adusto de quien tiene que convivir con la fama y las manos humildemente enlazadas, bebía trémulamente de la gloria, con sonrisa nerviosa, azorada y feliz, viendo cómo más de un centenar de personas se agolpaban en el pequeño edificio para rendir homenaje a su esposo. Y luego se acabó todo; se cerraron las puertas y se comenzó a embalar, pues los cuadros han de iniciar su peregrinación por otras galerías. Con que esta fue la primera presentación seria a la sociedad neoyorquina de la Hispanic Society y la ocasión de que el artista se haga con los recursos necesarios para satisfacer su sueño de tener una casa en Madrid que, con el tiempo, llegue a ser un museo".





En enero de 1909, el pintor, en compañía de su mujer y de su hija María, embarcó destino a Estados Unidos, pues en febrero se produciría un acontecimiento destacado: la exposición de Joaquín Sorolla en la Hispanic Society of America de Nueva York. Esta sociedad, fundada en 1904 con el propósito de convertirse en un gran centro de estudio y difusión de la cultura Ibérica, había inaugurado su primer edificio en 1908 y contaba con un museo y una biblioteca, que ofrecía al público americano la posibilidad de profundizar en las culturas española y portuguesa. La muestra se inauguró con un arrollador éxito de público, pues en sólo un mes fue visitada por más de cien mil personas.


Sorolla exhibió más de trescientos cuadros y logró un éxito inesperado, sin precedente alguno, que le llevó posteriormente a otras ciudades estadounidenses como Búfalo y Boston. Sus lienzos Sol de tarde y Nadadore, entre muchos otros, despertaron una gran admiración; la crítica no cesó de expresar la grandiosidad de su obra y su popularidad alcanzó cotas internacionales.Americanos, franceses, alemanes,inlgeses, italianos, escandinavos y españoles se ocuparon de Sorolla y de su arte con todo el interés que merecía su descubrimiento de la luz y del aire. Fue considerado entre los mejores pintores del momento, no obstante, la fama no destruyó a la persona y el valenciano, siempre rodeado de su familia, emprendió camino a sus queridas playas levantinas para descansar. Paseo a orillas del mar representa el regreso del artista a su Valencia natal después de su gran triunfo y de la primera experiencia norteamericana.



Museo de Arte de San Luis (Misuri)

Hacia 1911 realizó su segundo viaje a la ciudad de los rascacielos. Desde el Hotel Savoy de Nueva York, donde se alojó, el artista captó algunos rincones del Central Park y de las calles aledañas. Se trataba de notas muy breves, prácticamente fauvistas, realizadas al gouache, en las que prescindía del dibujo para expresarse sólo con la mancha. Sorolla expuso de nuevo en la ciudad, en el City Art Museum de Saint Louis y en el Art Institute de Chicago, con gran éxito de público, ventas y crítica. Su estilo plenamente luminista fue admirado por más de cien mil personas.


El año 1911 fue muy importante para el artista. El hispanófilo Archer Milton Huntington, uno de los fundadores de la Hispanic Society, animado por el éxito del que gozaba el artista valenciano en las ciudades más importante del mundo, le propuso la decoración de algunos salones de la sede. No era la primera vez que trabajaba para esta entidad norteamericana; años antes había realizado una galería de retratos de personajes célebres españoles, para la biblioteca de la sociedad. La idea de este nuevo encargo, en cambio, era elaborar una serie de cuadros de gran formato sobre las gentes y la cultura de las diferentes provincias de España y Portugal.El espacio en cuestión era nada menos que una estancia de 60 metros de longitud por tres metros y medio de altura. El contrato se firmó el 26 de noviembre en el plazo de 5 años el valenciano debía pintar 14 paneles en los que se recogiera la diversidad cultural y geográfica española. Sorolla aceptó de esta manera lo que hubo de convertirse en una de sus creaciones más famosas, pero al mismo tiempo en una constante pesadilla que duró casi 8 años. Y es que la monumental obra mural que le fue encomendada era demasiado vasta para su resistencia física. Entre 1912 y 1919 Sorolla trabajó sin pausa en el encargo. Durante todo ese tiempo, viajó por la península buscando las particularidades de la indumentaria, de las costumbres y de las formas de vida. Aunque el artista utilizó en la creación sus materiales y técnicas habituales-óleo sobre lienzo-, aquellas proporciones gigantescas eran desconocidas para él. No obstante, su tesón y sus ganas de trabajar, junto a la motivación de loa 150.000 dólares que le ofrecieron, sacaron adelante el proyecto.



Visión de España (1912-1919),14 lienzos de Sorolla




Hacia junio de 1919, el artista dio por terminada la colosal empresa en la población de Ayamonte (Huelva). Comunicó la noticia a su familia por telegrama: "Hoy quedó definitivamente cuadro compuesto. Tiene fuerza emocionante. Abraza a todos. Padre". Al finalizar este gran ciclo, el propio Alfonso XIII lo felicitó personalmente.




"Sol de tarde", 1903.



Estancia del pintor valenciano en la ciudad icónica de la costa este de Estados Unidos.Antes que Dalí o Lorca estuvo él.Trascendió fronteras...






"Nadadores", 1905.


Españoles que trascienden épocas y fronteras. Sorolla, pintor regional pero de notable reconocimiento internacional.




"Paseo a orillas del mar", 1909.



Colas para ver la exposición de Sorolla en la Hispanic, 1909.



El primer artista español en lograr fama en los EE.UU. a principios del siglo XX.



 
 
 

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