La ametralladora de Francisco Umbral
- Sergio Martínez López
- 31 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 feb 2022

Cada escritor, poeta, director, música o pintor encuentra la inspiración de las musas de una forma distinta. "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando", decía el gran Pablo Picasso. Y el talento se encarnó en el legendario Francisco Umbral (1932-2007).
Hablamos de un hombre fundamental en la historia literaria del siglo XX español, en especial del período de la Transición. Su producción fue colosal y su voluntad literaria casi enfermiza ,firmando un total de 135.000 artículos de prensa y más de un centenar de libros, uno de los cuales, "Mortal y rosa" (1975) evoca con belleza y tragedia la muerte inesperada de su hijo a los 5 años, algo clave para entender la esencia de un autor que, como tantos otros y otras, estuvo marcado por una pérdida que convirtió en un motor artístico.
Para tratar de responder a esa pregunta, nos remitiremos a unos fragmentos extraídos del documental "Anatomía de un Dandy" (2020), dirigido por Alberto Ortega y Charlie Arnaiz. Merece sin duda un atento y enriquecedor visionado.
"Madrid era todavía,hacia el año 60, una ciudad tomada por la literatura, minada de cuevas literarias y vocaciones obstinadas. Yo tenía el problema de conquistar Madrid con una máquina de escribir,que por entonces manejaba y acariciaba como si fuese una ametralladora.
Para mí escribir es un hecho físico,es una verdadera fornicación con el lenguaje.
Disfruto de una manera casi pecaminosa.Cuando escribo todo lo hago deliberadamente, aquello puede quedar bien o mal,pero a mí no se me escapa una sola palabra.Los grandes articulistas del país,los grandes y los pequeños,han escrito toda la vida,generalmente se han muerto escribiendo el artículo de ese día que es a lo que yo aspiro.
Me leen diariamente un millón de personas,despliegan el periódico como un pájaro muerto y buscando mi firma dan conmigo.Yo mismo no sé qué es lo que buscan.La mañana anterior, cansado y triste,encendí una fogata de palabras,una hoguera pequeña que ha crecido hasta el cielo.Y luego,al día siguiente,casi a la misma hora,la gente en la lechería,en mitad de la calle,en un autobús lento,se calienta las manos con mi fuego ya impreso,o se dan en la cara como un after shave nuevo mi loción de palabras, mi olor a tinta china y a verdades sencillas que cuelgan de la vida".
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