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Foto del escritorSergio Martínez López

Los primeros españoles que se enfrentaron a Napoleón: Gravina y Lángara en Tolón

Actualizado: 5 ene 2023



Napoleón frente a Gravina y Lángara.

Este artículo va dedicado al hombre que estuvo en un destructor hundido en Pearl Harbour.Renació con el nombre de Gravina.



Septiembre de 1793. En París ruedan cabezas de los enemigos de la Revolución y Robespierre se erige en tirano sin corona. La joven República está en peligro y los ciudadanos acuden a defenderla en masa. Pero la amenaza no viene únicamente del exterior (Prusia, Austria, Nápoles, Gran Bretaña y España han formado la Primera Coalición), sino también del interior. Los contrarrevolucionarios se resisten a aceptar el nuevo orden de libertad, igualdad y fraternidad, dando su vida por la bandera monárquica blanca si es necesario.



Prusia ganó frente a una gran coalición durante la Guerra de los 7 años. Francia experimentó la misma situación durante dos décadas.


Mientras que en Lyon y la Provenza estallaban rebeliones, al sudeste del país, la ciudad portuaria de Tolón (a 50 kilómetros al este de Marsella) es tomada por los realistas, quienes piden auxilio a españoles y británicos.


Era preciso para Francia recuperar una de las bases navales más releventes. Para ello, la Convención encomendó tal tarea a un joven capitán de artillería corso llamado Napoleón Bonaparte. Éste, reclamó el liderazgo de las operaciones frente a oficiales como Carteux, antiguo pintor reconvertido en general tras las purgas de oficiales realistas.


Gracias a su pericia militar y visión estratégica (conocía el entorno previamente) movió los cañones con maestría, logrando reorganizar las guarniciones y colocar dos nuevas baterías ("La Montagne" y "Sans-Culottes"). Desde la punta de la Eguillette disparó los proyectiles frente a las posiciones enemigas, las cuales acabarían expulsadas de la plaza.



Asedio de Tolón (1793)


Al frente tuvo a 17.000 hombres (napolitanos, piamonteses, españoles y británicos), al almirante inglés Hood y a dos marinos españoles que con sus navíos e inteligencia combatieron con honores en aquella orilla del Mediterráneo: Juan Cayetano de Lángara y Federico Carlos Gravina y Nápoli. Era un episodio de la conocida como Guerra del Rosellón (1793-1795). Ambos formaban parte de esa brillante generación de marinos que, como Jorge Juan, habían estudiado en el extranjero, poseían un amplio conocimiento científico (matemática, ingeniería naval, astronomía,cartografía) y dominaban los mares y vientos. Dos nombres ilustres que desde hacía décadas servían en la Armada española del XVIII (a veces demasiado subestimada por la historiografía), siempre acosada por la Royal Navy.





Lángara era capitán general de la Armada, ministro de Marina y consejero de Estado, siendo asimismo reconocido por protagonizar varios viajes difíciles y largos por el globo (los mares de China y las islas del Pacífico). El segundo poseía una buena hoja de servicios a sus espaldas (reconquista de Menorca en 1782, sitio de Gibraltar en 1783, asalto de Argel y expedición diplomática a Constantinopla).



"Luis XVI a caballo", por Carteaux. El ciudadano-rey luce la escarapela tricolor.

La evacuación fue el Titanic para los toloneses. Ante la huida de los aliados, muchos se esforzaron por embarcar en aquellos navíos a fin de evitar futuras represalias (no faltaron ahogados) A María Antonieta le esperaba la guillotina...


Esta vez, para desgracia de los panfletistas de la leyenda negra, los españoles no fueron los malos de la película, si es que existe esa expresión en historia. Ayudaron cuanto pudieron a los ciudadanos rebeldes, desde ese mismo instante refugiados políticos. Algo parecido dicen que sucedió en Trafalgar cuando tras la batalla los gaditanos salvaron a numerosos náufragos sin saber a qué bando pertenecían. Actos de honor y humanidad en tiempos violentos.

Asedio de Tolón 1793. Evacuación aliada del puerto de Tolón el 18 de diciembre. Incendio de parte de la flota francesa y del arsenal.

El propio conde Elliot, al igual que los tuloneses, agradeció a Gravina sus esfuerzos después de la retirada: “La Gran Bretaña hará público en Europa que las Escuadras y los Ejércitos de los coligados fueron salvados por vos en el golfo de Tolón; la nación entera os da las gracias, y me siento orgulloso de poder expresaros, señor almirante, sus votos”.


Antes del Empecinado, Agustina de Aragón, del 2 de mayo, del Imperio y el infame tratado de Fontainebleau, ya hubo españoles frente a la nueva Francia. Tolón fue la primera gran victoria del corso, la que le permitió ascender a general de brigada e iniciar su próxima campaña en el Piamonte (13 meses en Italia estuvo imbatido). También fue la primera vez que dos españoles, sin saberlo, conocieron a quien sería el dueño de Europa e invadiría su país tras un juego de alianzas y traiciones.



Navío Santa Ana de 112 cañones (grabado del siglo XIX). El Reina Luisa perteneció a la serie de los Sana Ana (salida de los astilleros de Esteiro). Fue el que emplearon los españoles para la evacuación de Tolón y otras operaciones.



Sitio de Tolón (1793), de William Adolphus Knell (1802–1875).



A modo de curiosidad, el Pequeño Cabo y el brillante capitán general de la Armada volvieron a encontrarse en diciembre de 1804. Uno era embajador y otro tomaba la corona imperial de las manos del Papa Pío VII. Uno moriría por sus heridas en Cádiz y el otro acabaría en Santa Helena...





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