Tengo la suerte de tener amigos comunistas
- Sergio Martínez López
- 16 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 ene 2022

Los dos señores que ven arriba en la fotografía que encabeza esta reseña no son un pijo maoísta sesentayochista y un indígena aculturizado de Ciudad de los Reyes,sino un servidor pelirrojo (vestido con jersey marrón de cuello alto) y mi amigo de tez morena con coleta y jersey negro llamado Rafael.
Dicho testimonio procede de una comida celebrada hace pocos días en un restaurante cercano a la localidad donde actualmente resido.Allí,nos atendieron estupendamente y pudimos disfrutar de los manjares de la gastronomía levantina, amén de unos entrantes sumamente deliciosos que harían perder el sentido a cualquier buen comensal que se precie. Arroz del senyoret, embutidos de categoría,ensaladilla rusa (que de rusa solo tiene el nombre porque la inventó un francés),revuelto de patatas con huevo,rebanadas de pan con tomate y alioli...En fin, ambrosía pura.
La Odisea comenzó cuando mi querida amiga rusa Polina (ya nacionalizada española) me recogió en su Mercedes AMG digno de empresario con caché quue invierte en criptomonedas. Tras cumplir el ensueño del lujo automovilístico y conversar ampliamente sobre Bielorrusia,la pandemia,la universidad o los célebres literatos rusos decimonónicos,nos trasladamos al coche de Rafa. Gracias a él llegamos al templo gastronómico citado anteriormente.

Lo mejor de estos encuentros, y éste no es el primero ni el último, no está en la comida sino en la compañía y las conversaciones hijas de la espontaneidad y de la curiosidad invitadas al festejo.
Tras dialogar sobre nuestras respectivas vidas, películas, libros y anécdotas varias (la historia de los kurdos me dejó impactado) llegó el turno al choque dialéctico, o mejor dicho la segunda parte del mismo. Nuestra querida amiga, desertora de Putin, tuvo que aguantar estoicamente las chapas intelectuales de estos dos mendas a propósito de los vicios y virtudes del cristianismo, del comunismo,del capitalismo,del libre mercado,de los logros y fracasos soviéticos,del individuo,de la riqueza,del libre mercado,del Estado,de las contradicciones entre capital y trabajo,de los falsos mitos capitalistas y las refutaciones de Marx,Lenin,Stalin o Adam Smith. Parecía aquello una charla de La Tuerka...
Pese a no concordar con la doctrina comunista de Rafa en el aspecto puramente ideológico, y él lo sabe perfectamente, disfruté como un niño de este diálogo de cuchillos cruzados y pasiones levantadas, si bien deberíamos haber dejado hablar más a nuestra amiga...
Conversar con alguien informado que sabe de lo que habla, aunque te parezcan erróneas o precipitadas sus conclusiones, es siempre mejor y más nutritivo que juntarte con alguien demasiado semejante a ti. Confrontar paradigmas, formas de pensar y de interpretar la realidad, es una de las sales de mi vida, porque siempre se aprende algo nuevo, deseando que las palabras no cesen y las horas no pasen. Las neuronas trabajan a mil por hora pero encuentran su razón de existir.
Por todo ello, puedo decir con orgullo que tengo la suerte de tener amigos comunistas con los cuales despellejarnos mutuamente y de la manera más sana posible. La guinda fue la videollamada a David, sabio renacentista afincado en Álora, la cual nos hizo recordar por que la amistad trasciende todo tipo de creencias y dogmas.
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