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Foto del escritorSergio Martínez López

Butaca reservada (I): "Dune" (2021), de Denis Villeneuve

Actualizado: 23 sept 2021


Póster de la película


En esta sección abordaremos el análisis de las películas recientemente estrenadas, relegando el apartado de "Fotogramas en tu retina" a aquellas cintas que podemos ver todos desde casa, ya sea en físico o por streaming.


En esta ocasión, trataré de mostrar mis humildes y primeras impresiones a propósito de la cinta Dune, dirigida por el canadiense Denis Villeneuve, la nueva adaptación de la novela homónima y mítica de Frank Herbert publicada en 1965.


Salgo de la sala extasiado y realmente impactado por el desfile de imágenes y sonidos apabullantes que acabo de presenciar. Es la prueba indeleble de que he visto un producto audiovisual competente, serio, espectacular o reflexivo, de esos que no los olvidas al instante, de esos que no huelen a comida prefabricada, de esos que están cocinados a fuego lento...


No he tenido el inmenso placer de leer el libro original sobre el que se asienta esta gran epopeya galáctica (conforme estaba viendo la película más abierta tenía la boca y más ganas me daban de ir a la librería a comprarla) ni la versión precedente del surrealista David Lynch (pagaría millones por ver el proyecto jamás realizado que Jodorowsky ideó junto a Dalí y H. R. Guger) , pero sí conozco bien a quien está detrás de las cámaras y era uno los estrenos que más esperaba este año tan raro de cine pandémico. Si bien me faltan por ver algunas obras de Villeneuve (Incendios o La llegada por ejemplo), sí que recuerdo perfectamente los agradables ratos que me hicieron pasar Sicario (2015) y Blade Runner 2049 (2017).



Paul Atreides (Timothée Chalamet) acompañado por su madre Lady Jessica (Rebecca Ferguson) y dos integrantes de la tribu de los Fremen Chani (Zendaya) y Stilgar (Javier Bardem).

Esta vez, retoma la temática de la ciencia-ficción, pero ya no estamos en el territorio de los replicantes donde el poso filosófico y el lirismo poético marcaban ciertamente la pauta, situándonos como espectadores ante una trama más contemplativa y no tan movida en términos de acción. Y no lo está porque el material del que parte tira claramente por otros derroteros. Con un despliegue visual apabullante, desbordante y espectacular digno de un presupuesto mastodóntico (165 millones ha costado la criatura), la película abraza en lo formal y en lo narrativo un tono operístico y epopéyico (la banda sonora de Hans Zimmer merece un análisis aparte) donde el contexto político, económico, cultural y religioso es imprescindible. El diseño de producción de las naves (algunas recuerdan a insectos por la manera de volar), el armamento, las criaturas (para el recuerdo quedan las escenas de los gusanos de arena), los trajes (los funcionales y los elegantes)de los personajes masculinos y femeninos, las ciudades, los mosaicos, los planetas...Todo ello es una delicia para la retina, más si cabe si eres un amante del género.


Estamos así ante un universo en mayúsculas, donde la trama se articula en torno a varios elementos que quedan perfectamente explicados y desarrollados (incluso para neófitos): luchas entre casas nobles o dinastías (los Atreides y los Harkonnen) al más puro estilo Juego de Tronos (que ya saqueó el episodio histórico de la Guerra de las Rosas), colonialismo e imperialismo (aquí no es el Papa quien da las tierras de las Indias a los españoles sino el Emperador que encarga al duque la administración de Arrakis), los recursos naturales valiosísimos que otorgan gran poderío comercial pero también problemas logísticos (la preciada especia melange con propiedades psicoactivas es vital para la navegación espacial y muy difícil de extraer con las máquinas cosechadoras), la vida en entornos verdaderamente hostiles (el desierto de Arrakis luce espectacular en pantalla grande y, como dice algún personaje, se lleva a los débiles) donde las tribus locales poseen los secretos y los mecanismos para sobrevivir (la tecnología, cavernas, costumbres y creencias de los Fremen), sacerdotisas del culto Bene Gesserit con poderes oculares (inquietante la escena de la caja), ecologismo (las lecciones sobre cómo valorar el agua son dignas de reseñar), batallas incesantes (Jason Momoa y Josh Brolin se salen en las peleas cuerpo a cuerpo) y conceptos esenciales como el legado familiar y el mesianismo profético.



El comercio de especias, como ya pasó históricamente en la época de los descubrimientos durante los siglos XV, XVI y XVII, vuelve a ser uno de los elementos centrales y conflictivos del relato.

Este último punto es interesante, puesto que el argumento de Dune puede parecernos muy familiar y más visto que el tebeo: el viaje del héroe desarrollado por Joseph Campbell en 1949 a raíz de su libro El héroe de las mil caras. El rollo de "El elegido", claramente de herencia judeocristiana, que viene a salvarnos del desastre de proporciones bíblicas, la pugna eterna entre la luz y la oscuridad, la profecía en la que unos creen y otros no...


Esto nos sucede especialmente a aquellos que hemos crecido con las adaptaciones cinematográficas de El señor de los anillos o Harry Potter y que lo flipamos seriamente con con Gladiator o Matrix. El protagonismo recae aquí en este Paul Atreides, hijo del duque Leto Atreides y su concubina Lady Jessica (la cual formará tándem con su vástago), el cual está, en parte reconocido por el propio director, en Lawrence de Arabia.


El viaje que realiza este príncipe de la casa Atreides recuerda, salvando algunas distancias, al que ya realizaron Luke Skywalker (las semejanzas entre Tatooine y Arrakis son evidentes), Anakin Skywalker, Neo, Harry Potter, Frodo, Máximo Décimo Meridio o, Alicia en El país de las Maravillas, ente otros muchos y muchas. Comparen y verán cómo se sorprenden: sus reticencias iniciales a aceptar su destino, su deseo por salir de su hogar y afrontar retos, sus rituales de paso a modo de pruebas (no olvidemos los doce trabajos de Hércules), sus visiones sobre diferentes futuros, el desarrollo de sus capacidades, sus poderes ocultos, la mística en la que se ve envuelto o el hecho de estar marcado por una tragedia (como ya sucedía con los Stark o los Corleone) como perder al padre y convertirte en el heredero de tu familia...




Es decir, si algo me ha dejado claro Dune, es que es la "madre" a nivel argumental y temático de gran cantidad de sagas de ciencia ficción y fantasía que siguieron a la publicación del original.Muchos cineastas y escritores se han inspirado en esta obra.




El gusano de arena aparece en el planeta Arrakis.

Para concluir, debemos recalcar que estamos ante una primera parte. Si la película no recauda lo esperado podríamos quedarnos algo colgados. Pese a que los tres actos están delimitados, me he quedado con ganas de más y quiero seguir viendo qué le ocurre a Paul, a su madre y a los Fremen en esta aventura más tribal. No me olvido tampoco de la presencia del Imperio y de los Harkoonen.


La cinta ha sido uno de los estrenos más taquilleros en nuestro país, lo cual me alegra profundamente. Villeneuve no me ha fallado, reina en el terreno del blockbuster con alma filosófica. Sus películas tienen señas autorales, no está por estar en la industria y este esfuerzo que ha llevado a cabo a la hora de adaptar una obra compleja por la cantidad de tramas y personajes merece continuación. Recemos para que Warner Bros. le dé luz verde porque es, junto a Cristopher Nolan o Paul Thomas Anderson, un soplo de aire fresco en la era de las franquicias y los remakes...


El duque Leto Atreides (Oscar Isaac) acompañado por el Jefe de Guerra (Josh Brolin) y el Mentat Thufir Hawat (Stephen Henderson).


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